20 ene 2015

Los discapacitados y la brecha de acceso a la educación

De acuerdo con el informe de mayo de este año del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane [1], (ver pp.12), Santa Marta es una de las ciudades con el menor índice de desocupación con el 10.4%. Está por debajo de Bucaramanga, que tiene el
10.2%; Bogotá, con el 8.6% y Barraquilla, que tiene el 7.9%. Es decir que Santa Marta ha ocupado el cuarto lugar de las ciudades con menos desempleo en Colombia.

Entre la ilegalidad y la informalidad

La ilegalidad y la informalidad son quizá las causas de este "honroso" cuarto lugar. Según la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) de Santa Marta [2], la informalidad en la ciudad es del 59,9%. La presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia - CUT, Nidia Castañeda Pertúz, se refirió [3] al tema precisamente el pasado 1ro de mayo, día del trabajo. “Nos llama la atención cuando el Distrito de Santa Marta sale favorable en la cifras del DANE, porque aquí lo que hay son trabajos informales, estando por encima del 11%, lo que no deja el crecimiento necesario para este sector del país. Aquí los que están empleados lo hacen vendiendo tinto, mototaxismo y otros trabajos no formales”, dijo.

Y es que el Dane [4] (ver pp. 23) reportó hace aproximadamente dos años que la cifra de desocupación en mayo de 2011 fue de 10.1% y para noviembre de 2012 [5] del 10.2%. Es decir que desde hace dos años la desocupación en Santa Marta se ha mantenido en promedio en un 10% según las cifras oficiales, pero también se ha notado una variación de crecimiento de la cifra de mayo 2013.

El alcalde Carlos Caicedo, en su Rendición de Cuentas 2012, [6] reconoce que uno de los problemas de la ciudad es el desempleo y los altos niveles de subempleo e informalidad; acompañado por supuesto de los altos niveles de pobreza y la baja calidad de vida.

El caso de un "ocupado"
No solo el centro histórico de Santa Marta, también las periferias de la cuidad se observa la invención del espacio público por toda clase de vendedores.

Uno de ellos es Gustavo Fuentes, vendedor de frutas y verduras. Él manifiesta entre una mezcla de melancolía y resignación al contar que hace 16 años partió de San Bernardo del Viento, Córdoba, quizás para nunca volver. Don Gustavo es un desplazado del campo agrario que abandona su tierra por los dos grandes motivos que un campesino se ve obligado a dejar el sitio de sus ancestros: por la violencia de los grupos armados o en busca de un mejor vivir en las ciudades capitales. Sin un peso en sus bolsillos, no fue fácil para don Gustavo comenzar una nueva vida en Santa Marta, especialmente en el frente laboral o, en su caso, del rebusque.

El departamento del Magdalena y en especial Santa Marta es una de las ciudades capitales que recibe más población desplazada. Gustavo Fuentes es unos de los cientos de vendedores ambulantes que se encuentran en la comuna seis de la ciudad, conformada por más de 40 barrios. Estos vendedores a si vez hacen parte de los cientos de trabajadores informales del distrito.


Don Gustavo me confiesa entre cuentos y cuentas que semanalmente se puede estar ganando entre 80 a 120 mil pesos aproximadamente. Su jornada laboral se inicia a las 4 de la madrugada y se extiende casi hasta la 6 de la tarde; él es el sustentó principal de su hogar. Don Gustavo, para las cifras oficiales es un trabajador ocupado pues se encuentra dentro de la caracterización medida por el  Dane: trabajó por lo menos una hora remunerada en la semana de referencia; no trabajó la semana de referencia pero tenía un trabajo; o es un trabajador sin remuneración que trabajó en la semana de referencia por lo menos una hora.

Artículo publicado en el portal La Silla Vacía 

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